5G
Puede ser difícil encapsular el significado que se esconde bajo la superficie de este número y una letra que están casualmente uno al lado del otro. Es mucho más que 4G+1, pero ¿en qué medida? ¿Es sólo una cuestión de velocidad con números más altos, o abre puertas de IoT que antes estaban cerradas? Esto no es más que la punta del iceberg de las preguntas que plantea el 5G. Y como el sol 5G está saliendo, es un buen momento para responder a algunas de ellas y comprender mejor lo que está por venir. Agarraos a vuestros routers, porque nos espera algo grande.
5 es el nuevo 4
Uno de los primeros verbos que se asociaron al uso de Internet es navegar. Si un mar es una red de gotas de agua, Internet es una red de bits de datos. Al igual que los surfistas en el mar de la conectividad, llevamos un tiempo subidos a la ola del 4G; el suficiente para saber hasta dónde podemos llegar con él. La 5G (G de generación) es, en el nivel más básico, una ola más grande que permite realizar trucos de surf mejores y más geniales.
¿Qué hace que esa "ola" sea mejor?
En su esencia, la 5G utiliza una interfaz 5G New Radio (NR) y se basa en la multiplexación por división de frecuencias ortogonales (OFDM), que es un método de modulación de señales digitales en diferentes canales para minimizar las interferencias. También utiliza ondas milimétricas, por debajo de los 6 GHz, y un ancho de banda mayor que el de 4G, y puede cubrir frecuencias de hasta 39 GHz, aunque se espera que en el futuro utilice frecuencias portadoras de hasta 71 GHz. Todo ello se traduce en una red más rápida, con mayor capacidad y menor latencia.
Para ponerlo en perspectiva, un sistema 5G puede lograr una latencia de extremo a extremo de milisegundos de un solo dígito. La velocidad de varios Gbps es solo una de las características que se mejoran, con otras como la movilidad, la capacidad y otras. Puede decirse que el 5G cierra la brecha entre las capacidades alámbricas e inalámbricas, algo que el 4G simplemente no pudo lograr.